El Color de la Sombra, obra reciente de Diana de Solares en Sol del Rìo Arte Contemporànea. Puede visitarse en horas hàbiles durante el mes de febrero.
Conversación entre Diana de Solares y Emiliano Valdés M a propósito de la exposición Caminar, Correr, Sentarse y esperar en la galería Sol del Río.
Guatemala/Panamá, enero de 2008
Hay, en el trabajo reciente de Diana de Solares, un aura de enigmática trascendencia. De sus últimas dos series se desprenden sugerencias, a través de una pintura que oscila entre el arte povera y un informalismo pictórico de tendencia minimalista, a aspectos tan íntimos que hablan a lo universal. En una serie de charlas en diciembre de 2007, exploramos algunos de los procesos mediante lo cuales esta artista lleva el color y la basura a otra dimensión, literalmente. Estas líneas intentan dar un breve recuento de dichas conversaciones.
Emiliano Valdés M.: Tu trabajo siempre tiene un componente formal, estético muy fuerte. ¿Qué rol juega ese acercamiento a la producción artística en esta ocasión?
Diana de Solares: La relación con la estética se tiene o no se tiene. No hago arte para generar belleza, pero si está presente es como una consecuencia del desarrollo del proyecto, no como un atributo que yo persiga. En todo caso, me parece relevante hablar sobre el tema, en tiempos en los que crear o buscar placer visual se asocia con lujuria, voracidad o gula, o una mentalidad estrecha y provinciana. Me pregunto, te pregunto, si lo superfluo consiste en perseguir la belleza per se. Porque muchos artistas, en pintura principalmente, tienden a disfrazar su inclinación por crear imágenes bellas con un discurso conceptual. No me interesa ese juego.
Si usamos nuestra mente además de nuestros sentidos, en mi trabajo como en el del inglés Gary Hume por ejemplo, podemos ir más allá del puro deleite sensorial y comenzar a establecer relaciones entre la pintura que tenemos enfrente y nuestra relación con el mundo. Entre la "vida" del lienzo y la vida que nos impulsa y nos rodea.
EVM : Intuyo que en tu caso, esa postura tiene un cierto matiz de rebeldía. Aquí hay dos puntos que me gustaría que indagáramos, por un lado la belleza como instrumento (de seducción si se quiere), y por otro, esas relaciones de las que hablabas, esos vínculos, parangones entre tu vida y tu pintura que se dan a través de ella.
DdeS : No relaciono la belleza con seducción. Más bien la relaciono con lo sublime, y por lo tanto, con experiencias intensas de asombro. Mi trabajo como el de cualquiera surge ciertamente de mi relación con el mundo; sólo puedo percibir y entender el mundo a partir de mi experiencia personal. En esta serie de trabajos los verbos correr, caminar, sentarse y esperar dan una pauta del tipo de relación a la que aludo. Ciertas nociones sólo se alcanzan al "correr". Del mismo modo que hay conocimiento e información que solamente se percibe al "caminar". Y por supuesto, ¿o no? los estados del ser que espera "sentado, quietamente, sin hacer nada" aportan revelaciones sublimes. Sucede que hay obra que facilita al espectador realizar asociaciones inmediatas con la vida actual o especulaciones bastante precisas sobre el entorno y sus problemas. Y hay obra más ambigua, más hermética y misteriosa, cuyo contenido es más difícil de determinar.
EVM: Tu trabajo me remite al del grupo Neoconcreto brasileño, en especial a experiencias como las de Lygia Pape pero también de Lygia Clark y Helio Oiticia cuya pintura, quizás muy irracionalmente, tiendo a asociar a la tuya. Y aunque estoy de acuerdo en que no hay porque revelar el significado literal de nada, sí me parece importante el reflexionar sobre los elementos que sintetizas en este. Al final de cuentas y como decías tu cuando te referías al arte como experiencia subjetiva, ¿que es éste sino una herramienta para relacionarse con el mundo, para negociar con él y sus elementos?
Dde S: Más que averiguar de donde vienen las formas y objetos que aparecen en las pinturas me interesa hacer énfasis en el proceso. Todas las decisiones tomadas para realizar estas pinturas, se suman para representar mi posición personal acerca de la pintura. No abordo el lienzo o la tabla porque poseo una imagen que deseo transmitir, en cuyo caso la tabla sería un mero soporte. Más bien me apropio de ese trozo de tabla, lo intervengo, lo desmenuzo visualmente, aplico acrílico sobre él -capa sobre capa sobre capa…- extraigo de él un espacio psíquico, construyo a partir de él otros objetos que no existían en mi mente, horado su borde y ensarto un alambre quizás, y así sucesivamente. De modo que entre esa tabla y yo se lleva a cabo una contienda, donde no hay vencido ni vencedor, más bien un debate ontológico donde la tabla finalmente termina siendo el objeto que "tiene que ser" y que yo deseo que sea.
EVM: Entonces podríamos decir que tu posición personal acerca de la pintura es que ésta funciona como un elemento de cambio en un proceso mucho más complejo que llevas a cabo con la ayuda de los elementos de tu entorno (presa, como eres, de este) pero que en realidad describe espacios interiores que sólo a veces se relacionan con la realidad?
DdS: El espacio físico me remite al espacio privado, al refugio. Aquel espacio donde la actividad más íntima tiene lugar. Y efectivamente, estos cuadrados de MDF son espacios a los cuales entro para desencadenar una escena. Si utilizo un cuadrado pequeño, digamos de 12 pulgadas por lado, se trata entonces de pequeñas "habitaciones". Espacios claramente delimitados por su función. Es evidente que el formato pequeño habla de una manera diferente que el mediano, el grande o uno enorme.
EVM: Acompañando a ese producto final, me da la sensación, hay un fuerte proceso catártico en el que tu también te refugias y arriesgas una visión del mundo sin realmente confesarte, revelarte. ¿Tu crees que la ambigüedad (formal, semántica, conceptual) sea una característica de tu trabajo? Y aún en esa ambigüedad, parece que uno de los únicos elementos "concretos" es el espacio, un aspecto del que tu te has confesado "muy conciente".
DdS: Digamos que parte de la ambigüedad que reviste a mi trabajo viene dada por la ausencia de formas fácilmente identificables con objetos existentes. Aunque hay una precisión en la selección de las medidas del formato, el material usado, los colores, los elementos tridimensionales agregados, lo cual no refleja ambigüedad. Poseo cajas de cajas de materiales encontrados que he recogido en mis recorridos por calles y senderos, pero la selección de un elemento para utilizar en una pieza toma mucho de mi cuidado y atención. En cierta forma la serialidad y el formato homogéneo son un contrapeso a la ambigüedad; ese sistema me permite explorar mi idea de una manera más eficaz.
EVM:¿Cómo crees que se relacione este trabajo a tus series anteriores? A nivel ténico, en ese deambular por distintas técnicas e investigaciones formales, has llegado al acrílico fundido con lo tridimensional, con algo de arte povera y al mismo tiempo, y rescatando lo que tu decías del proceso, vuelvo a las experiencias brasileñas en las que el proceso es fundamental. ¿Qué papel juegan y cómo se comportan esos materiales tan distintos adentro de los espacios con los que trabajas?
DdeS: Me parece que todo mi trabajo ha fluido de proyecto a proyecto. Es decir que no hay saltos abruptos de uno al otro. Hay cambios en fuentes y materiales por supuesto ya que la elección de los materiales, dimensiones, colores,etc. no es gratuita. Viene determinada por el concepto que esté trabajando. He usado fotos cuando las fotografías eran la imagen ad hoc para transmitir mis ideas en el proyecto en cuestión. Ahora uso acrílico y tablas que dan un carácter totalmente distinto al óleo y el lienzo, por ejemplo. Con una paleta y unos elementos tridimensionales provenientes de la basura, sumandose todo para lograr el contenido que busco. Creo que tienes razón cuando has apuntado al efecto catártico de todo el proceso. Porque realmente el proceso de creación de estas piezas ha comenzado hace mucho tiempo, desde que comencé a recolectar mi basura callejera. Hay una intención de recuperación de lo perdido, de lo descartado, y las implicaciones metafóricas; si te fijas en la paleta cromática, ésta puede remitir a imágenes y objetos "pasados", no son combinaciones de colores comunes en las imágenes y objetos que nos rodean producidos actualmente.
Correr, Caminar, Sentarse y Esperar es la fase I de una trilogía cuyos eventos hermanos, paralelos, se complementan y expanden entre sí y se dan casi simultáneamente durante la primera mitad de este año. Así, la fase II tendrá lugar en Carlos Woods Arte contemporáneo y Antiguo en marzo y la fase III verá la luz en junio y julio en una sede aún por develar.
Para leer el comentario de Lucrecia de Prera en su columna A Posteriori haga "click" en el siguiente enlace http://www.elperiodico.com.gt/es/20080218/lacolumna/48723/
Para leer el comentario de Rosina Cazali en su columna No Lugar, visite el siguiente enlace: http://www.elperiodico.com.gt/es/20080227/lacolumna/49201/
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