lunes, 22 de enero de 2024

Daniel Schafer


 Lugar: Escuela Nacional de Artes Plásticas "Rafael Rodríguez Padilla" 24 calle 3-81 zona 1

Fecha: del 7 de febrero al 13 de marzo del 2024

Horario: lunes a viernes de 10 a 1 y de 2 a 5

Entrada libre

sábado, 9 de diciembre de 2023

Arte 12


Colectiva de fin de año.

 

Lugar: 14 avenida 15-56 zona 10

Fecha: del 9 de diciembre al 25 de enero 2024

Horario:  lunes a viernes de 9 a 1 y de 2 a 5, sábado de 9 a 1

Entrada libre 

jueves, 9 de noviembre de 2023

Jardín


 Cecilia Porras Sáenz en Íntimo

 

Lugar: La Nueva Fábrica: Callejón Contreras, Santa Ana, La Antigua Guatemala

Fecha: 18 de noviembre 

Hora de inauguración de 4 a 8 p.m.

Margarita Azurdia

 

Un universo documentado


Lugar: La Nueva Fábrica, Callejón Contreras, Santa Ana, Antigua Guatemala

Fecha de apertura 18 de noviembre 2023 

Hora: 4 a 8 p.m.

Recorrido con la curadora a las 6 p.m.

 

Puede visitarse de miércoles a domingo de 10 a.m. a 5 p.m.  hasta el 28 de abril del 2024.

Verifica admisión  


Para leer lo escrito por Alejandro Ortiz, publicado en Prensa Libre el 17 noviembre 2023 presiona aquí

lunes, 6 de noviembre de 2023

Encuentro


 Ramón Ávila y Max Leiva


Lugar: Galería El Tünel 16 calle 1-01 zona 10 CC Plaza Obelisco

Fecha de apertura: 7 de noviembre 2023

Hora: 6 a 9 p.m.

Puede visitarse de lunes a viernes de 10 a.m. a 7 p.m.  sábado de 10 a.m. a 2 p.m.  Entrada libre

miércoles, 12 de julio de 2023

XXIII Bienal de Arte Paiz


bebí palabras sumergidas en sueños*

XXIII BIENAL DE ARTE PAIZ

Saberes Compartidos 30 marzo – 30 julio 2023

Exposición 13 – 30 julio 2023

Curaduría de Francine Birbragher-Rozencwaig y Juan Canela

Curadora del Programa de saberes compartidos Esperanza de León
Asamblea curatorial: Minia Biabiany (Guadalupe); Marilyn Boror Bor (Guatemala); Duen Sacchi (Argentina); Juana Valdés (Cuba-Estados Unidos)

30 participaciones (artistas y colectivos)

Carolina Alvarado (México-Guatemala); Margarita Azurdia (Guatemala); Minia Biabiany (Guadalupe); Marilyn Boror Bor (Guatemala); Zoila Andrea Coc-Chang (Guatemala-Estados Unidos); Josué Castro (Guatemala); Roberto Escobar Raguay (Guatemala); Laia Estruch (España); Adler Guerrier (Haití-Estados Unidos); Colectivo Ixqcrear – Elena Caal Hub, Ixmukane Quib Caal e Ixmayab’ Quib Caal – (Guatemala); Yavheni de León(Guatemala); Ana Mendieta (Cuba-Estados Unidos); Fina Miralles (España); Helen Mirra (Estados Unidos); Julieth Morales (Colombia); Verónica Navas González (Costa Rica) ; María Thereza Negreiros (Brasil-Colombia); La Nueva Cultura Material – Bryan Castro y Valeria Leiva (Guatemala); Itziar Okariz (España); Eliazar Ortiz Roa(República Dominicana); Lourdes de la Riva (Guatemala); Sallisa Rosa (Brasil); Duen Neka’hen Sacchi (Argentina); Ix Shells (Panamá); Colectivo Tz´aqol – Victor Manuel Barillas y Marta Tuyuc – (Guatemala); Colectivo Tz’aqaat – Cheen (Cortez) y Manuel Chavajay (Guatemala); Juana Valdés (Cuba-Estados Unidos); Cecilia Vicuña (Chile); Martín Wannam (Guatemala- Estados Unidos); Risseth Yangüez Singh (Panamá).

 

 

Bebí palabras sumergidas en sueños

es un fragmento de un poema de Maya Cú, una de las referentes de la poesía maya en Guatemala, cuyo cuerpo de obra representa la búsqueda de una identidad estableciendo una genealogía femenina y una herencia en resistencia. Sus versos nos acompañan en la construcción de este proyecto, cuyos temas, ideas, participantes y estructura han ido tomando forma en un proceso de trabajo colectivo con una asamblea curatorial conformada por los mismos curadores y les artistas Minia Biabiany, Marilyn Boror Bor, Duen Sacchi y Juana Valdés. A partir de las primeras intuiciones compartidas, las distintas conversaciones y encuentros se han ido trenzando alrededor de las vinculaciones existentes entre lenguaje, cuerpo y territorio. Escritura, oralidad, relato, corporalidad, presencia, movimiento, comunidad, territorialidad, paisaje, naturaleza o comunidad son algunos conceptos que emergen a partir de esas relaciones, articulando narrativas que desafían relatos hegemónicos, e imaginando futuros que ahonden en posibilidades de vidas en común.

Nos gusta que todo se construya a partir de una polifonía de voces que emergen del diálogo con les artistas participantes y las reflexiones que emergen de sus trabajos. Voces y gestos que brotan de cada territorio específico a partir de un experimentar con lo próximo para articular espacios de diálogo. Existe una voluntad inequívoca de trabajar desde certezas no definidas que nacen de espacios intuitivos y de sólidas espiritualidades diversas. Los distintos proyectos se adentran en territorios lingüísticos, poéticos, oníricos, telúricos, políticos, anímicos, emocionales o afectivos en los que toman forma materialidades, subjetividades y deseos desde el convencimiento de componer puentes.

Además de las obras presentadas en exposición, estamos desarrollando un Programa de Saberes Compartidos curado por Esperanza de León. Un plan de recursos de mediación pensados para introducir la bienal en un desplazamiento gradual, que, de menor a mayor complejidad, acercan las temáticas a los públicos expandiendo la temporalidad de la misma. La idea es que estos formatos pedagógicos y discursivos se abran desde el encuentro de saberes y conocimientos complementarios, y a los que se pueda invitar al público general, artistas locales o comunidades específicas. Comprendiendo la necesidad de pensar este tipo de actividades de mediación con unos tiempos propios que exceden lo expositivo, el programa comienza en el mes de marzo, abriendo la posibilidad de los encuentros con las audiencias desde antes de comenzar la muestra, y comprendiendo la bienal como un proyecto cuya complejidad se desarrolla con distintos formatos, intensidades, vibraciones y acciones.   

Ante las crisis climática, social y estructural de las sociedades globales, apostamos por la escucha amplia, la mirada atenta, la atención cercana y la ternura radical. Que los sorbos oníricos de cada lengua nos hagan recordar las palabras de las abuelas y honrar a los ancestros, para así  imaginar un futuro común que sea capaz de tejernos a les unes con les otres. 


*El título del proyecto es un verso perteneciente al poema Nací mujer de la escritora y poeta Maya Cú.

 

Para la agenda de actividades presiona   aquí

 

martes, 13 de junio de 2023

Jardin


Cecilia Porras-Sáenz

Lugar: 18, rue de l´Hotel de Ville, París, 4e

Fecha: 14 de junio 

Hora del evento 6 a 8 p.m.

Cecilia Porras-Sáenz es la primera ganadora de la beca diseñada por MAZORCA para artistas visuales guatemaltecas·os, en colaboración con diversos actores franceses y guatemaltecos (Banco Industrial, Institut Français, Coopération cultural francesa en Centroamérica, Acá Paris, La Nueva Fábrica), con el objetivo de ofrecer a un·a artista la oportunidad de residir durante tres meses en la Cité Internationale des Arts de París. En ocasión de su residencia de 3 meses, Cecilia Porras-Saenz creó una obra envolvente y multisensorial : JARDIN.

Curaduría y gestión: Christina Chirouze Montenegro


Los orígenes del mundo


Selvin García en Museo Ixchel

Lugar: 6a. calle final zona 10 UFM

Fecha: 20 de junio

Hora de inauguración 7 p.m.
 

Puede visitarse hasta el 27 de junio en días y horas hábiles.

Parqueo Q40 con ticket sellado 



LOS ORÍGENES DEL MUNDO

Esta colección es el producto de un proceso de investigación que inició en el 2021, pero tiene sus raíces desde mi afición por la arqueología y antropología.  De joven quise estudiar arqueología, pero preferí la carrera de arte, pero mi hermana sí estudió arqueología y también tuve muchos amigos arqueólogos, igual hasta la fecha.  Estuve muy al día sobre los temas de arqueología, sobre todo en su participación para la historia universal, tan fundamental.  Entre tantos aportes de la arqueología a la historia, descubrí de joven, la lítica.  En los cursos de historia del arte también se conocí la lítica al abordar el arte rupestre y todas las muestras de arte asociadas a las primeras manifestaciones del hombre en sociedad y como individuo que desarrolla un concepto de la magia y las interrogantes fundamentales que continúan hasta hoy: auto percibirse como un individuo, las fuerzas superiores que van más allá de la materia que derivarían en el mito y los rituales que legitimaban aquello que las primeras mentes no podían comprender.

Durante aquel año volvió a mí todo aquel conocimiento y volví a indagar con la motivación arqueológica, pero sobre todo histórica y antropológica, pues quería abordar el tema de la lítica con una justificación que me permitiera hacer una reflexión sobre los inicios del hombre y su primer comportamiento, de manera que pudiera asociarlos a mi realidad.

La línea de investigación partió desde lo fundamental en cuanto a las definiciones y conceptos sobre la lítica, remitiéndome específicamente al paleolítico.  Este punto me pareció fundamental para no cerrarme a una idea localista del uso de la piedra en las civilizaciones prehispánicas, pues el uso de estas técnicas no es exclusivo de Mesoamérica.  Mi enfoque fue universal, es decir, el uso general de la lítica en la historia del hombre, idea que me llevó a las primeras especies del género homo, especies que se esparcieron por todo el mundo.  En lugares y temporalidades diferentes, estas especies manejaron la lítica como la primera herramienta para procurarse una ventaja en la cacería, que a su postre ayudaría a la sobrevivencia sobre los animales.  Pero estas etapas del manejo de la tecnología revelan al mismo tiempo, la importancia del uso de la piedra, siendo tanta, que sin ella el hombre no hubiera logrado su sobrevivencia, mucho menos su evolución.

Al abordar el paleolítico y la información que los descubrimientos arqueológicos arrojan, se abre un mapa completo desde el primer homínido que descendió de los árboles empujado por el cambio climático que transformó la abundante selva en sabana.  Al descender de los árboles en busca de comida, tuvo la primera necesidad evolutiva de ponerse en pie, la segunda, usar herramientas.  Esta segunda necesidad es evidente si consideramos que, en medio del mundo de fieras, su único refugio, los árboles, eran muy escasos, por lo que debió utilizar una herramienta para defenderse, y lo que tenía a la mano, era un palo o una piedra.  Este es el germen del uso de la piedra como herramienta que en este caso fue accidental y guiado por el instinto.  Sin embargo, ese instinto está tan arraigado en nuestra especie que, al enfrentarnos a un peligro en la calle o en el exterior, al ser atacados, buscamos algo con qué defendernos.  Es típico el caso de ir por la calle y encontrarnos con un perro peligroso y nuestra reacción automática es escapar o encontrar “algo” para arrojarle y ahuyentarlo.  Lo hacemos hoy de la misma manera que lo hicieron estas primeras especies.  Este es un vago y simple ejemplo, pero demuestra que, desde los inicios del hombre, la piedra fue el primer gran apoyo que tuvo para sobrevivir. 

La evolución de millones de años trajo nuevas especies adaptadas a las condiciones climáticas y geográficas, pero mantuvieron la constante de utilizar herramientas, de tal manera que la tecnología lítica se hizo necesaria, siendo tan fundamental que la arqueología pudo clasificarlas en etapas.  Las primeras revelan que el uso fue rudimentario y llegó al perfeccionamiento, especialización y refinamiento conforme las especies se mostraban más avanzadas a la especie anterior.  De esta forma, la primera tecnología era solo la piedra con un corte que dejaba el filo expuesto, las demás, transformaron la piedra en herramientas en tallas más especializadas de ambas caras, con filos y formas más específicas para lastimar, devastar, machacar, desmembrar huesos, desgarrar pieles, hasta herramientas tan especializadas como anzuelos para pesca, arpones y agujas (en este punto ya se había llegado a la vestimenta).  Significa que la tecnología lítica deja al descubierto el grado de complejidad de los primeros grupos y el desarrollo del pensamiento, dejando el instinto y avanzando hasta los primeros indicios de la abstracción mental.

La abstracción mental es deducible al observar el proceso de pensamiento actual, en el que debemos tener en mente el objeto final que deseamos tener a partir de una materia que ha de ser transformada; para lograrlo necesitamos la imagen mental previa, los procedimientos y útiles que hemos de emplear, así como el control motriz de las manos y fuerza para ejecutar lo que hay en la idea.  Esto nos parece sencillo desde nuestro conocimiento a priori y a posteriori gracias a nuestras experiencias previas, pero el hombre primitivo, siendo el primero en la historia, no tenía ningún referente ni una estructura de pensamiento, por lo que la necesidad de crear una herramienta a partir de una piedra, fue el experimento que lo forzó mentalmente, tal como lo hicieran los primates actuales en experimentos en los que deben ingeniar soluciones.

Este principio de la abstracción mental también supone otra dificultad: la transmisión del conocimiento a otro individuo.  No habiendo registro de un idioma, es difícil comprender el método en que pudo ser enseñado este conocimiento mas que la imitación, pero esta imitación también supone un esfuerzo mental en el que se reproducen las técnicas y procedimientos, pero el individuo que imita, al hacerlo, también empieza a razonar sobre los resultados propios que surgen de esta imitación y se apropia de ellos para que, en consecuencia, el pueda enseñarlo también a otro individuo.

Retomando la necesidad de alimento y protección, la piedra brindó a la especie un utensilio de cacería efectivo al poder lanzar un proyectil para atrapar a las presas; en este momento estamos considerando que la especie dio el salto a ser omnívoro y agregar carne a su dieta, empujado también por el cambio climático y la adaptación de los recursos alimenticios devenidos de aquello.  El agregado de carne integró proteína al cuerpo y esto estimuló el desarrollo de los músculos, los huesos y el cerebro.  Un cerebro más grande supone más desarrollo y mayores habilidades mentales, que se vieron reflejadas en una mejor técnica para fabricar herramientas para suplir sus necesidades, ya con el pensamiento abstracto en escena.  En este momento ya existe una clara separación de los animales. 

La carne posteriormente fue cocinada al descubrir el fuego, por lo que la carne pierde los parásitos o bacterias dañinas y permite un mejor aprovechamiento de los nutrientes de la carne y como citamos, esto mejora las capacidades físicas y mentales.  En cuanto al cerebro, este es capaz de tener abstracciones, sueños, recuerdos y crear afinidad afectiva de una manera superior a los animales.  Aparece aquí el primer momento de organización comunitaria al dividir las faenas de cacería y fabricación de armas y demás útiles que sirvan a la comunidad: vivienda, ropa, lanzas, etc.  También surge el pensamiento mágico que se hace más palpable en los primeros enterramientos, lo que supone los indicios de una insipiente visión espiritual de la existencia.

 Estas habilidades mentales se mantienen en la contemporaneidad, valga el ejemplo del uso de la piedra ante un perro callejero, pero también se manifiesta en diversas formas.  Una ellas es la visión espiritual de algo más allá de lo que materialmente existe, una necesidad de encontrar respuesta a la existencia y el aprovechamiento de los recursos naturales, así como la dependencia de las herramientas o máquinas.  Todo esto se encuentra atado al hombre, desde el origen de la primera especie y se mantiene oculta en nuestro pensamiento primitivo o animal.

La presente colección pues, muestra piedra obsidiana tallada con estas técnicas de millones de años, que, gracias a la arqueología experimental, se puede inferir que debió ser de esta manera, que las primeras especies dominaron este primer elemento y lo transformaron, es decir, el hombre transformador de su realidad para garantizar su existencia.

La obsidiana es una piedra de origen volcánico que es más bien, un cristal, un material constituido mayormente por sílice lo que la convierte en un vidrio natural. Esto le da sus características de fragilidad, pero también el filo que produce cortes muy precisos y profundos según su empleo.

A nivel evolutivo, formó parte de las herramientas paleolíticas junto con el sílex y el pedernal, pero a nivel local, en Mesoamérica, tuvo una connotación más allá de la utilitaria y recibió atributos sobrenaturales.

 Se le asocia con el rayo y en muchas comunidades se le llama piedra de rayo, pues existe la creencia de que un rayo que golpea la tierra, transforma a ésta en una obsidiana al cristalizarla.  Se le vincula también a Tezcatlipoca en la región del centro de México; El señor del espejo humeante es reconocido iconográficamente por portar un espejo redondo de obsidiana negra (existen variante de rojizos y grises dependiendo de los materiales que se mezclaron en el volcán) y que se le atribuyen poderes mágicos como un oráculo o portal dimensional a través del espejo.

Su uso en Mesoamérica se encuentra a todo nivel y aparece en todos campos de la vida de las comunidades: en el hogar para preparar los alimentos, cortar leña; en la vida comercial como objeto de lujo e intercambio por otros bienes; en la vida administrativa como objeto de ostentación e insignia de estatus social; en el ámbito militar para fabricar lanzas, flechas, macuahuitl y demás, y finalmente la vida religiosa, que es la más importante.

En el ámbito religioso se asocia al sacrificio y todo lo que conlleva el derramamiento de sangre, la flagelación y el dolor.  Se asocia con un poder de protección justamente por su cualidad de lastimar, herir y cortar, portado por sacerdotes quienes extraían corazones usando obsidiana, un material con poca fricción lo que permitía una hendidura muy profunda pero lo suficientemente firme para cortar tendones, músculos y huesos.  Según crónicas españolas narradas por Alejandro Pastrana, los conquistadores decían que tenía un corte dulce pues la herida era imperceptible pero tan capaz de cortar la cabeza de un caballo con un solo tajo de macuahuitl.

Se han encontrado piezas excéntricas con forma de alacrán, pues también el dolor agudo de este insecto es similar al corte de la obsidiana, pero todo esto se entiende mediante la idealización de los atributos mágicos de la obsidiana que hasta el momento están presentes en las comunidades con fuerte presencia indígena.  En el memorial de Comalapa, un campo santo a las víctimas del conflicto armado, se encuentra un altar circular de obsidiana, que indica efectivamente la idea de entes protectores, siendo estas piedras los defensores del campo santo, nuevamente refiriéndonos a los poderes de cortar y herir, en este caso, a quien quiera entrometerse negativamente en aquel memorial. 

Chay es el nombre que recibe en distintos idiomas mayas, razón por la que, a los trozos de vidrio industrial o botellas, se les dice chaye, que resulta ser un derivado de chay que se refiere al vidrio natural, razón también por la que se entienden algunas expresiones como “me corté con un chaye” cuando se cortan con el vidrio de alguna botella.  La piedra de chaye sigue presente en la conciencia colectiva de nuestra región, no tanto en Europa, pues fue sustituida por el descubrimiento temprano del metal, que no sucedió así en América.

Mi colección consta de dibujos inspirados en la lítica y piedras de obsidiana talladas con percutor de piedra y hueso, realizando bifaces y punzones, para demostrar estas técnicas prehistóricas de talla.  A partir de ella, pretendo generar pensamiento mediante los cuestionamientos de la evolución de nuestra especie y de los proceso mentales que surgen a partir de nuestra desnudez ante el mundo y los elementos; pueden surgir los cuestionamientos sobre cuánto hemos evolucionado o no, ya que seguimos dependiendo de estas materias tan básicas a pesar de los millones de años de evolución, o bien, confortarnos por todo el camino recorrido y que en verdad, hemos ganado nuestro lugar en el mundo como una especie que ha evitado su extinción gracias a su capacidad mental y su creatividad y sobre todo, el espíritu de enfrentarse a lo desconocido en medio de lo inhóspito del entorno. 

 Selvin García

 

 

Círculo de bordado para hombres


 Taller impartido por Quique Lee


Lugar: 6a. avenida 9-52 zona 1, 2o. piso local 30

Fecha: 17 de junio 

Hora: 2 a 6 p.m.

Admisión gratuita.

miércoles, 31 de mayo de 2023

Dennis Leder


 

Proyectos

Lugar: Centro Cultural Municipal 7a avenida y 12 calle esquina zona 1

Puede visitarse de lunes a viernes de 9 a 4 y sábado de 9 a 12

Entrada libre 


Fotos cortesía de Danilo Román



 

Epicentro


 Domingo Górriz en Sol del Río


Lugar: 14 avenida 15-66 zona 10

Del 27 de mayo al 30 de junio 

Puede vistarse de lunes a viernes de 9 a 1 y de 2 a 5, sábado de 9 a 1

Entrada libre

Ovidio Rodas Corzo





 

domingo, 23 de abril de 2023

El lago de los cisnes

Presentación del Ballet Clásico de San Petersburgo

Lugar: Sala Efraín Recinos, Teatro Nacional, Centro Cultural Miguel Ángel Asturias, 24 calle y 3a avenida zona 1

Fecha: 9 de mauo 2023

Hora: a partir de las 7 p.m.

Boletos Q780 a Q650 en Todoticket   aquí 

 



 


El Ballet de San Petersburgo ofrece al público la obra clásica El Lago de Cisnes con música de P.I. Tchaikovsky, en su versión completa. Esta monumental obra será presentada en Guatemala, en la gran sala del Centro Cultural Miguel Ángel Asturias el 9 mayo.

Más de 30 bailarines liderados por importantes solistas de reconocimiento mundial en el ámbito de la danza clásica como Alexander Volchkov y Elizabetha Barkalova, participan en “El Lago de los Cisnes”

El telón del Centro Cultural Miguel Angel Asturias  se abrirá para dar paso a un espectáculo cúltura de talla internacional. El público podrá deleitarse con grandes estrellas admiradas y aplaudidas en las salas de teatro más importantes del mundo,  quienes ofrecerá una única función en donde más de 30 bailarines originarios de Ucrania, Francia, Japón, Moldavia, Rusia, Italia podrá en escena la obra.  Este espectáculo es, sin duda, regalo para la madre guatemalteca y para todos los amantes de la danza y ballet clásico.

El Centro Cultural Miguel Angel Asturias,  estará abierto desde las 7:00 p.m. y la obra dará  inicio a las 8:00 p.m.    Tarifa de parqueo a cancelar directamente en efectivo la noche del evento.