Existe un intenso barroquismo interno en la obra de Leder, minuciosamente enmascarado por la matemática precisión estructural. La pasión está allí dentro, luchando por expandirse y ese movimiento en tensión enmarcado -o casi enmarcado- en la severidad espacial, imprime una paradójica intensidad emocional. Existe una pugna interna entre la razón y la imaginación, forcejeando para liberar a su Ícaro interno. En el artista norteamericano conviven el científico analítico que busca el funcionamiento y las razones últimas de los materiales y las formas con el artista con los pies en la tierra pero en búsqueda casi mística de la perfección y la plenitud.
Dennis Leder domina la difícil sencillez de la profundidad expresiva y la calidad del oficio artístico, fundiendo los imposibles humanos. La paciencia obsesiva de la perfección de su lenguaje visual revela a un científico analítico que con sus instrumentos incide en la realidad humana, pero que no pierde sus manos de barro para imprimirle pasión a su geometría.
Dennis Leder domina la difícil sencillez de la profundidad expresiva y la calidad del oficio artístico, fundiendo los imposibles humanos. La paciencia obsesiva de la perfección de su lenguaje visual revela a un científico analítico que con sus instrumentos incide en la realidad humana, pero que no pierde sus manos de barro para imprimirle pasión a su geometría.
Lucrecia Méndez de Penedo
Guatemala, febrero 10, 2011 *
*Fragmento del texto escrito para la Revista de la Universidad de San Carlos
Dennis Leder, La Máquina: Four things at once. 2011. Óleo sobre tela 138.5x121.2 cm.
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